En julio del año pasado, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) emitió un documento con interesantísimas recomendaciones, entre ellas: 1. El Gobierno y todas las partes interesadas deberán promover una educación financiera de manera coordinada imparcial y justa, y 2. La educación financiera debe comenzar en la escuela, para que las personas puedan ser instruidas lo más temprano posible.
Reconocida además la falta de formación económica y financiera de la mayor parte de nuestros conciudadanos, carece de justificación la ausencia absoluta de una instrucción de este tipo en la enseñanza obligatoria y su escueta presencia actual en un itinerario de una de las modalidades del Bachillerato.
Se suceden las reformas y los responsables educativos continúan dando la espalda a una realidad que afecta a todos, porque todos somos consumidores de productos financieros (cuentas bancarias, créditos, hipotecas, inversiones…) y sólo con esta formación se es más consciente de los riesgos y oportunidades que representan determinadas decisiones. La estafa de Fórum Filatélico y Afinsa y sus trescientos mil afectados es una manifestación espectacular y reciente de esta situación.